Clima y suelo para el cultivo de café
C.arabica
es una especie de las tierras altas con un período de floración que es
marcadamente susceptible al exceso de tiempo lluvioso. Las plantas continúan su
desarrollo vegetativo durante la temporada seca, pero entran en plena floración
dentro de unos cuantos días o semanas después de que se ha iniciado la
temporada de lluvias. Más o menos el 60% del gasto requerido en la producción
de café, lo constituye el costo de la recolección de las cerezas;
consecuentemente, una sola cosecha anual como la que se podría obtener en las
áreas que tienen una temporada húmeda, es menos costosa para el productor, que
dos cosechas anuales en aquellas áreas que tienen dos períodos cortos de
lluvia..
Clima
El
café se cultiva en lugares con una precipitación que varía desde los 750 mm
anuales (7.500 m3/ha) hasta 3000 mm (30.000 m3/ha), si bien el mejor café se
produce en aquellas áreas que se encuentran en altitudes de 1200 a 1700 metros,
donde la precipitación pluvial anual es de 2000 a 3000 mm y la temperatura
media anual es de 16º a 22º. Pero aún más importante es la distribución de esta
precipitación en función del ciclo de la planta. Podemos decir que el cultivo
requiere una lluvia (o riego) abundante y uniformemente distribuida desde comienzos
de la floración hasta finales del verano (Noviembre – Septiembre) para
favorecer el desarrollo del fruto y de la madera. En otoño sin embargo es
conveniente un período de sequía que induzca la floración del año siguiente.
C.canephora
es nativa de altitudes bastantes bajas y de las regiones más húmedas de la
Costa Occidental de África, lo cual debe dar cierta indicación en cuanto a sus
exigencias climáticas. El mejor café robusta de Tanzania se produce a una
elevación a una elevación de 1200 m con una lluvia anual distribuida
uniformemente y de más o menos 3000 mm, con temperaturas que varían entre un
mínimo de 17º C hasta un máximo de 27 ºC en el año.
Suelo
El
café prospera en un suelo profundo, bien drenado, que no sea ni demasiado
ligero ni demasiado pesado. Los limos volcánicos son ideales. La reacción del
suelo debe ser más bien ácida. Una variación del pH de 4,2-5,1 se considera lo
mejor para el café arábigo en Brasil y para café robusta en el África Oriental.
Además,
la respuesta fotosintética y síntesis bioquímica de la planta se ve muy
influida por el período climático del año. Así los diferentes niveles de
clorofilas, carotenóides, etc., se ven modificados en función de las
temperaturas, de la intensidad luminosa.
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